martes, noviembre 28, 2006

El soltero

He estado leyendo un libro que me ha resultado muy interesante por varios motivos. El más obvio es porque es la historia de un hombre soltero que cuenta sus experiencias con las mujeres. Pero es que además, conocí al autor cuando estaba escribiéndolo.

Él me contó la historia real y me habló de cómo se sentía y de cómo había vivido las historias que cuenta en la novela e imagino que esto ha hecho que leer el libro me resultase más interesante.

El protagonista y autor del libro es un hombre de cuarentaytantos recientemente separado de su enésima pareja, que decide hacer un repaso de los desengaños amorosos de su vida para acabar dándose cuenta de que él es el culpable de sus propios males, de que cuando te gustan tanto las mujeres es difícil pretender hacer feliz a una sola y de que cuando tu afán de libertad es tan grande acabas siendo víctima de él.

Él es un seductor, un caradura y un vividor, pero además es una persona entrañable, muy noble y muy romántico en el fondo. Le destrozan las rupturas que él mismo ha provocado y se reinventa y se reenamora con una facilidad asombrosa.

Es una persona independiente y libre que no quiere estar solo y un enamorado de las relaciones de la pareja incapaz de mantener una.

Yo siempre he sentido bastante pánico por este tipo de hombres e imagino que justamente por eso también he sentido una gran atracción.

Y siempre he creído que la peor frase para acabar con una relación es "yo también te quiero, pero es que me quiero más a mí misma".

Yo nunca me he cruzado con un cabrón de verdad, pero sí con muchos de este estilo e imagino que justo por eso de todas las relaciones que he tenido guardo muy buenas amistades.

Hoy me crucé al autor por la calle y pude decirle que me gustó mucho su novela, pero como soy una bocazas, en lugar de callarme ahí, acabé diciéndole que le veía más viejo...

¡Con lo bien que hubiera quedado sólo con las felicitaciones!.

Porque es cierto que lo vi más viejo... pero también es verdad que lo vi más atractivo.

Cuando me despedí de él me quedé pensando en mi reacción y no supe a qué era debida.

Pero luego pensé en algo que me dijeron un día y me dije: Reich, no te comas el coco… es tu carácter.

martes, noviembre 21, 2006

Tengo un don

Hay cosas que si te pasan una vez no te dicen nada, si te pasan dos veces te parecen curiosas, si te pasan tres veces te hacen gracia... pero si te pasan muchas más veces te hacen pensar y te obligan a buscar una explicación lógica.

Y yo creo que por fin he encontrado una explicación lógica a lo que a mí me pasa.
Tengo un don
: Enamoro a los solteros.

Parece una sentencia difícil de argumentar teniendo en cuenta que yo sigo soltera, pero no es así, la experiencia, como en muchas ocasiones, se pone de mi parte para darme la razón.
Van cinco casos en los últimos meses y decenas de ellos en los últimos años, lo cual otorga un cierto valor pseudocientífico a lo que digo: Soltero que se acerca a mí (de la forma que sea), soltero que se enamora perdidamente.

Sinceramente, es algo que me tiene preocupada, porque no sé cómo frenarlo. No hay soltero que se me resista. Da igual el motivo por el cual se hayan acercado a mí y da igual las intenciones que tuvieran, cuando mi embrujo se apodera de ellos ya no hay nada que hacer. En un plazo de tiempo muy corto (hubo alguno que tardó más de la cuenta, pero acabó cayendo como el resto) se vuelven locos de amor.

A lo mejor creéis que uso algún tipo de truco o artimaña para conseguir semejante éxito, pero no. En honor a la verdad he de decir que no tengo ni la más mínima idea de lo que hago o dejo de hacer. Es algo que sucede sin más, sin que yo haga nada y sin que ellos puedan evitarlo.

Yo no sé si es realmente un don, un superpoder o una maldición, pero es algo que me empieza a preocupar, porque no tengo ningún interés en que todos los solteros que conozco se mueran de ganas por dejar de serlo o estarlo.


Habrá quien sea tan iluso de pensar que tengo suerte por tener esta capacidad innata, pero eso es porque no ha entendido nada. No es que todos estos solteros que voy conociendo se enamoren de mí, no. Lo que sucede en casi todos los casos es que se enamoran de otras.

Podría decirse que conocerme a mí es la antesala del enamoramiento o que soy la telonera del amor. De hecho para algunos de mis amigos venir a decirme "Reich, no me quiere nadie", es como para otros ir a Lourdes o a Fátima en busca del milagro. Algo sucede cuando me hacen partícipes de su soledad que de repente ésta desaparece y da paso a un noviazgo en toda regla.

Soy consciente de que ha habido gente que se ha enamorado sin haberme conocido a mí previamente, por eso creo que debe haber más gente con mi mismo don por ahí suelta, pero a mí el resto de afortunados con esta bendición me importan un bledo, a mí la que me preocupa soy yo.

Por eso, ahora que tengo la certeza de poseer este don me veo en la obligación de advertirlo.
Pero no con la intención de que todos los solteros sedientos de cariño se lancen a conocerme con el fin de enamorarse de otras, no.
Sólo lo hago público para advertir a aquellos que no quieren enamorarse... para que se alejen de mí, porque puedo dejarlos cegados por el amor más inesperado que puedan imaginarse sin despeinarme ni un poquito.

Y habrá quien no me crea... pero para eso se han inventado los links... y como muestra de mi éxito, un botón, dos botones… y hasta tres botones.
Y esto teniendo en cuenta que la mayoría de los solteros que conozco no tienen blog.

Advertencia: Soltero que me conoces y todavía no has caído... échate a temblar...
¿serás el próximo?

PD. No me deis las gracias tortolitos... es un imnenso placer.
PD2. Y no me vengáis con la historia de que me creo el ombligo del mundo... esta vez lo soy.

sábado, noviembre 18, 2006

¿Te he preguntado?

Me fascina lo mucho que a la gente le gusta responder a preguntas no formuladas. Yo, normalmente, si quiero saber algo lo pregunto. Pero si no lo pregunto suele ser porque me imagino o conozco la respuesta, y no necesito oírla, o porque la respuesta no me interesa.

Yo nunca he entendido preguntas del tipo "¿me quieres?", "¿te gusto?", "¿te ha gustado la comida que te he preparado?", "¿me volverás a llamar?"....
Generalmente son preguntas que tienen una respuesta, pero yo jamás se las haría a nadie. En el mejor de los casos, si la respuesta es la que tú quieres oír, lo lógico es que lo sepas de antemano, y si no es así, lo más probable es que la respuesta no sea la que tú quieres oír, con lo cual, ¿para qué coño preguntas? ¿qué necesidad tienes de oír algo que no te va a gustar? o peor... ¿qué necesidad tienes de poner en un compromiso u obligar a nadie a mentir por no herirte?

Y al igual que no me gusta hacer esas preguntas, tampoco me gusta que me las hagan. Generalmente digo lo que pienso, y cuando no lo digo lo intento demostrar, con lo cual, si a alguien le quedan dudas al respecto será que la respuesta no está definida todavía y agobiar buscando esa respuesta no creo que sea lo más acertado.

De todas formas, lo que más me cuesta entender es que alguien se empeñe en contestar a una pregunta que yo no le he hecho.

Yo mantuve una relación muy poco trascendental con alguien que pecaba justamente de eso, de creer que la sinceridad era responder a preguntas que no existían.
Recuerdo que una noche me dijo:

- Reich, tenemos que hablar.
- ¿Qué ocurre?
- Quiero que durmamos juntos esta noche, pero antes tengo que decirte algo.
- ¿Qué?
- No estoy enamorado de ti.
- Lo sé, puedes estar tranquilo.
- Ya Reich, pero es que no quiero hacerte daño.
- Lo sé, no te preocupes.
- ¿Cómo no me voy a preocupar? Me jodería muchísimo que sufrieras por mi culpa.

La relación se acabó aquella misma noche. Y no porque él no estuviera enamorado de mí, que eso yo ya lo sabía, no porque yo corriese el riesgo de que me hicieran daño, que no era el caso, sino porque a veces, decir en alto cosas que se saben, pero que se mantienen en silencio, lo estropea todo.
Porque después de decirle a alguien que tú tampoco estás enamorada de él, que no tiene capacidad para hacerte daño y que no podría hacerte sufrir aunque lo intentara, hace que desaparezcan las ganas de cualquier cosa.

No soy muy defensora de las mentiras piadosas, pero creo que los silencios piadosos sí son recomendables en determinadas circunstancias.

Y cuando alguien me dice, "Iba a llamarte, pero..." yo suelo contestar: "¿Te he preguntado?".

jueves, noviembre 16, 2006

Magia potagia

El otro día recibí una invitación para acudir a una conferencia que prometía ser muy interesante. Iba a ir con una compañera de trabajo, pero al final a ella le surgió el típico marrón de última hora y no pudo acompañarme, así que decidir ir sola.

Llegué al hotel donde se celebraba, encontré la dichosa sala y me senté, como he hecho siempre en el colegio, en los asientos del fondo.

La sala se fue llenando y cuando estaba a punto de empezar la conferencia apareció un tío muy mono y se me acercó.

- ¿Está ocupado este sitio?

- No, puedes sentarte.

Se sacó el abrigo con mucha calma y lo dejó perfectamente colocado en el asiento de delante. Llevaba un traje que le sentaba como un guante con una camisa y una corbata perfectamente elegidas. Sin mucho disimulo lo miré de arriba a abajo y me di cuenta de que no era guapo, pero era tremendamente interesante.

Llevábamos ya un buen rato allí y le pregunté susurrándole al oído:

- Perdona, ¿tienes hora?

Y de repente, al sacar su mano para mirar el reloj pude ver, como si brillase con luz propia, un preciosísimo anillo dorado en uno de sus dedos.

¡mecagoendiez!

A mitad de la conferencia hicimos una pausa para tomar el típico aperitivo a base de miles y miles de exquisitos canapés y bebidas variadas.

Yo iba a mi bola detrás de los camareros que tenían los mejores manjares cuando me volví a tropezar con él.

- Perdona, tú eres la que está sentada a mi lado, verdad?

- Sí, qué tal, me llamo Reich.

- Encantado Reich, me llamo Juanjo.

- Imagino que también trabajas en esto, no?

- Sí, claro... como para aguantar este tostonazo sino.

Empezamos a hablar de trabajo y esas cosas y de repente, cuando el camarero de las bebidas se acercó con la bandeja y él se ofreció a cogerme una copa de vino volví a mirar sus manos de nuevo y... ¡tachán!... ¿¿dónde está el anillo??... Oooohhh! ¡¡El anillo ha desaparecido!!

Por un momento sentí la tentación de advertirle que había perdido su anillo, pero luego pensé:
"Reich, ¡¿y a ti qué coño te importa ese anillo?!"

martes, noviembre 14, 2006

A lo fácil...

El otro día hablando con varias personas, todas con una vida en pareja o en familia, vinieron a decirme (casi acusarme) de que yo me había decantado por vivir una vida fácil y cómoda.

"Es muy cómodo decidir tú solita si entras o sales, si vas o si vienes"

"Es muy fácil la vida cuando llegas a tu casa y todo está tal y como lo dejaste"

"Es muy cómodo apagar el teléfono y saber que nadie te va a molestar"

"Es muy fácil hacer planes cuando no dependes de nadie y nadie depende de ti"

"Es muy cómodo saber que toda discusión se acaba en cuanto te das media vuelta"

"Es muy fácil cuando el humor con el que te levantas y te acuestas no influye a nadie más"


Yo, la verdad, es que estaba un poco aturdida, porque creo que era la primera vez que alguien pretendía hacerme creer que su vida era mucho más difícil por haber decidido compartirla con alguien que, por supuesto, habían elegido libremente.
Y lo que más me sorprendía era el hecho de que quisieran convencerme de que, efectivamente la vida que yo elegí (si es que yo la elegí) es tan sencilla.

Desde luego que no voy a quejarme de mi vida. Hay mil aspectos de ella que cambiaría, pero si me pongo a pensar en cuales, casi todos se pueden solucionar con cantidades ingentes de dinero y más de un mes al año de vacaciones.

Y después de pensarlo mucho, he de reconocer que acabé dándoles la razón, que sí, que mi vida es muy fácil y muy cómoda.

Pero supongo que entre todos los adjetivos con los que me gustaría definir mi vida, fácil y cómoda, aunque no suenan mal, no son los que más me convencen.

De hecho, ya se me han ocurrido varios adjetivos con los que sí me gustaría definir mi vida y ya estoy pensando en todo lo que voy a hacer a partir de ahora para que mi vida pueda definirse como a mí me gustaría.

martes, noviembre 07, 2006

Music-Meme

¿Eres hombre o mujer? Besos con sal

Hembra y señora
que cada hora
cambia de piel,
golfa y decente
dulce serpiente
de cascabel,
flor de alquitrán,
lluvia que llueve,
besos con sal.

Qué sienten las personas acerca de ti: Siete crisantemos

Alguna vez he dado más de lo que tengo
me han dado algunas veces más de lo que doy,
se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio a donde voy.


Cómo describirías tu anterior relación sentimental: Amor se llama el juego
y cada vez peor
y cada vez mas rotos
y cada vez mas tú
y cada vez mas yo
sin rastro de nosotros.

Describe tu actual relación con tu novio(a) o pretendiente: Incluso en estos tiempos
Incluso en estos tiempos
en los que soy feliz de otra manera,
todos los días tienen ese instante
en que me jugaría la primavera
por tenerte delante.
Incluso en estos tiempos
triviales como un baile de disfraces,
todos los días tienen unas horas
para gritar al filo de la aurora,
la falta que me haces.

Dónde quisieras estar ahora: A la orilla de la chimenea
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Cómo eres respecto al amor: Güisqui sin soda
¿Qué voy a hacerle yo,
si me gusta el güisqui sin soda,
el sexo sin boda,
las penas con pan?
¿Qué voy a hacerle yo,
si el amor me gusta sin celos,
la muerte sin duelo,
Eva con Adán?

Cómo es tu vida: Contigo
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.

Qué pedirías si tuvieras un solo deseo: A vuelta de correo
Caballero en edad de merecer,
con un pelo de tonto, cuatro canas
el pasado resuelto y muchas ganas
ya sabe usted de qué.
Informal, ilustrado, manejable
más amigo de gatas que de perros.
Con dos ulceras y una inexplicable
mala salud de hierro.

Escribe una cita o frase sabia: Noches de boda
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.

Ahora despídete: Adiós adiós
Si nos cruzamos por la vida
No me preguntes dónde voy,
Mira mis ojos y adivina
Lo que busco y lo que soy.
No importa que cierres la puerta
Me gusta entrar por el balcón
Al día siguiente dejo el hueco
De mi huida en tu colchón.
Y digo adiós, adiós, adiós
Cierro la maleta y pido
Un taxi para la estación.

lunes, noviembre 06, 2006

Te lo advertí... nunca cambian

Hace muchos años mi amiga Mónica y su novio tuvieron una de esas crisis horribles de pareja y decidieron dejarlo.

Yo, que no soportaba al novio de mi amiga ni en pintura, cuando ella me dijo "lo odio, no volveré con él jamás", cometí el error de creérmelo.

Y como lo de morderme la lengua nunca ha sido una de mis costumbres, le solté sin el menor filtro mental todo lo que pensaba de su novio. Machista, prepotente, animal, cateto o retrógrado fueron algunas de las perlas que salieron por mi boca justo el día anterior a que ella decidiera perdonarle y volver con él.

- Te aseguro que ha cambiado.

- Nunca cambian.

Desde ese momento mi amiga y yo no volvimos a hablar de su novio nunca más.

Siempre he sabido que mi capacidad de convicción era nula, pero a veces pienso que no, que convenzo, pero de todo lo contrario a lo que pretendo.

Y al año siguiente me tocó ir de boda...

Desde entonces a mi amiga la veo muy poco pero seguimos en contacto.

El otro día mi amiga dio a luz y fui a verla a su casa. Como todavía estaba convaleciente del parto le ayudé a hacer la comida y a poner la mesa mientras esperábamos a que su maridito llegase a casa.

Mi amiga se esforzó porque la comida fuera lo más amena posible y tanto su marido como yo, evitamos tocar temas peliagudos que pudieran dar lugar a cualquier tipo de discusión o desavenencia.

Cuando terminamos de comer mi amiga no se encontraba muy bien y me levanté a recoger la mesa mientras su marido veía el telediario.

Cuando estaba en la cocina e iba a empezar a fregar todo lo que había por allí, el marido de mi amiga a grito pelado me dijo:

- Reich, ¡no friegues mujer, que ya va todo al lavavajillas!

De repente, mi amiga se gira, mira a su marido y con voz avergonzada le dice:

- Cariño, no tenemos lavavajillas.

- Ah... vaya.

Terminé de fregar, me puse el abrigo y me despedí de mi amiga...

- Te lo advertí... nunca cambian.

sábado, noviembre 04, 2006

Comprar o no comprar

Ayer salí a cenar con una amiga que tiene el mismo dilema que yo… comprar o no comprar.

Yo llevo 15 años viviendo de alquiler y todos los que me rodean consideran que ya es hora de que, ya que no me comprometo con nadie, lo haga con el banco y una hermosa hipoteca.

Nunca he entendido este afán por el compromiso que tiene todo el mundo: la boda, la hipoteca, la casa en la playa, el plan de pensiones, el seguro de vida… A la gente le encanta atarse a cosas materiales como si al no hacerlo tuvieran la tentación de salir un día corriendo.
Yo la primera vez que me compré algo que no cabía en el maletero de mi coche sufrí una crisis de ansiedad por pensar que el día que quisiera irme no podría hacerlo a toda prisa.

Hasta ahora los que me conocen todavía tenían esperanzas de que encontrase un novio con el que compartir mi vida y mi hipoteca, pero llegados a este punto las presiones porque pase del novio y me hipoteque yo solita son mayores.

Así que, en un acto de pura complacencia y sumisión llevo dos semanitas viendo pisos con los que casarme, en lugar de en un juzgado, en un banco.

Y he llegado a una conclusión… buscar piso es incluso más difícil y frustrante que buscar novio, pero el resultado es el mismo.

Hay gente que busca piso como inversión y eso es muy diferente, ahí los requisitos del piso son otros. Yo busco un piso para vivir y eso es mucho más complicado. Es como comparar a quien busca el amor de su vida con alguien que busca el divorcio de su vida, está claro que las diferencias son abismales.
¿Y si el piso de mi vida lo ha comprado alguien que sólo lo quiere para sacarle beneficios económicos?

Partimos de una base, el piso del que yo estoy enamorada es un ático que está al lado de mi casa y que cuesta un millón de euros, que es como estar enamorada de un tío que sabes que es el mejor, pero que nunca será tuyo.

El piso que está enamorado de mí es un apartamentito interior en un callejón sin nombre, que es como tener de pretendiente a alguien que no te gusta y plantearte una relación larga y duradera con él.

He visto un piso que no me disgustaba nada, no era un ático, pero era exterior y no estaba en mi zona, pero estaba cerquita. Me lo pensé demasiado y una mucho más rápida que yo se lo quedó, dejándome a mí con la miel en los labios… ¿cuántas veces me habrá pasado esto buscandonovio?…

También vi uno que me gustó mucho, nuevecito, impecable, pero que tenía trampa, costaba el doble de lo que una podía decir que pagaba. Vamos, como si te ligas a un tío estupendo pero le tienes que pagar el sueldo de novio a escondidas, y yo por ahora no me planteo tener como novio a un gigoló.

Y vi muchos pisos, apartamentos y lugares inhóspitos en los que no viviría ni aunque me pagaran por ello. En algunos podría pasar una noche, una semana o un mes, pero no podría comprometerme a nada más.

Y aquí es cuando empiezan a llover las críticas…
“Reich, baja el listón, si no puedes comprarte un piso en la zona que te gusta, vete a otra"

Y no, por ahí si que no paso… ya estamos otra vez con lo de resignarse y conformarse.

Entre ser vecina del hombre de mi vida o ser la novia de uno que no lo es… yo lo tengo muy claro, prefiero vivir de alquiler.


¿qué estará peor el mercado inmobiliario o el mercado del amor?

jueves, noviembre 02, 2006

Cambio de rumbo

Nunca podremos saber lo que hubiera pasado de tomar un camino diferente, una dirección distinta o una decisión contraria, pero siempre podemos cambiar de rumbo o empezar de nuevo.


Recuerdo que cuando era muy pequeña solía leer unos libros infantiles que al final de cada capítulo, te daban la opción de elegir:

  • "si crees que el príncipe debe atravesar el bosque vete a la página 14"
  • "si crees que el príncipe debe dar media vuelta y volver al castillo vete a la página 28"

Y así, capítulo tras capítulo, tú tomabas una decisión y la historia iba transcurriendo a tu gusto. Eso sí, tenían la ventaja de que si llegabas al final del libro, y te apetecía saber qué hubiera pasado si... sólo tenías que volver a empezar cambiando las decisiones.

Y lo curioso es que había un único final para todas las opciones posibles, el final feliz.

Visto con la distancia de los años me parece que ese tipo de lectura no ha sido muy acertada en mi caso.

Infinidad de veces me he dado cuenta de que tomo decisiones más o menos importantes sin pensarlo dos veces, como si algo en el fondo de mi cabeza me dijera "venga mujer, qué más da, si te equivocas ya volverás a empezar de nuevo". Y además, lo hago con la seguridad de que tome la decisión que tome, el final va a ser único y feliz.

Supongo que es curioso que siempre que he tenido que tomar una decisión importante para mi futuro próximo o lejano, nunca me haya parado a pensar en ese futuro y siempre haya pensado en lo que me apetecía en ese momento.

De ahí que sea una completa experta en empezar de cero.

Y como en esto de buscarnovio llevo ya invertido mucho tiempo sin resultados aparentes (lo cual me aburre bastante), he decidido cambiar de estrategia y de modus operandi, de actitud y de comportamiento, de dirección y de sentido... a partir de ahora seré muy buena, muy complaciente, muy poco complicada y muy sumisa.

Comienza una nueva partida... hagan sus apuestas.

PD. no sé por qué me da a mí que esta partida va a ser muy cortita...