miércoles, febrero 14, 2007

Perdiendo recuerdos y recordando pérdidas

Yo me fui de la casa de mis padres a los 18 años y, salvo de visita o en vacaciones, no he vuelto a vivir allí.
Durante los primeros años de ausencia mis padres conservaron de forma intacta “mi habitación”, pero pasado cierto tiempo me llamaron para advertirme que habían pensado en redecorar la casa y que pensaban deshacerse de todo aquello que yo no quisiera conservar.

Como un rayo me presenté en casa de mis padres y me enfrenté a duro trance de decidir qué parte de mi infancia y de mi adolescencia quería conservar y qué parte estaba dispuesta a perder para siempre.
En cuanto entré por la puerta mi madre me dio un saco enorme para que yo decidiera qué cosas se irían a la basura.

Peluches, muñecos y figuritas infantiles fueron lo primero que me encontré. Opté por conservarlos al principio, pero finalmente acabaron todos en la bolsa de basura. Luego llegó el momento de ropa: todo a la basura, la moda ochentera no favorece nada 20 años después.
Luego llegaron los libros, las fotos, las cartas: hice una selección y guardé lo poco que me interesaba.

Y después vino lo más difícil de todo, un sitio que hacía años que no revisaba: mi cajón de los recuerdos.

Cada vez que yo hacía un viaje o cada vez que pasaba algo importante en mi vida yo guardaba un recuerdo de ese momento en aquel cajón. Allí estaban concentrados todos los recuerdos de mi infancia y mi adolescencia en forma de pequeños objetos.

Fue tremendamente frustrante y decepcionante darme cuenta de que prácticamente nada de lo que había allí guardado con tanto esmero me traía ningún recuerdo.
Medio billete de 100 pesetas, una postal de un sitio que no recuerdo, una servilleta con una declaración de amor, una carta escrita por un niño o un trébol de cuatro hojas, no supe a qué o a quién debían recordarme.
Ninguno de aquellos objetos podía asociarlos a una época o a un momento de mi vida porque no recordaba de dónde habían salido, así que uno tras otro se fueron todos a la basura.

Entonces me di cuenta de lo estúpido que es acumular cosas materiales cuando nuestra propia mente se encarga después de seleccionar qué momentos y qué instantes serán recordados toda la vida y cuales pasarán sin pena ni gloria.

Ayer mi ordenador abandonó el mundo de los vivos y con él se llevó una parte de mí. Si yo fuera una persona supersticiosa le habría echado toda la culpa al martes y trece, pero como no lo soy no me queda más remedio que echársela a las meigas.

Mis fotos de los últimos años, mi música de las últimas décadas, las películas que bajé las últimas semanas y algunas otras cosas que probablemente no recordaré nunca, han desaparecido.

Mi primera reacción fue entristecerme mucho por no haber hecho nunca una copia de seguridad de todas esas cosas, pero luego me consolé a mí misma pensando en mi cajón de los recuerdos y en que las cosas que mi mente no sea capaz de recordar será porque no son importantes. Y porque siempre va a ser mucho mejor el recuerdo inconsciente de una noche especial que mil fotos de la misma.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Las fotos y los recuerdos materiales en general son bonitos, pero también son un arma de doble filo. Un mismo álbum de fotos puede dibujarte una enorme sonrisa... o hacerte llorar de tristeza según tu estado de ánimo y según la época de tu vida en que lo consultes. Considero a los álbumes de fotos unos objetos altamente peligrosos.


Me ha encantado tu última frase y tu conclusión final. Los mejores recuerdos de tu vida no los tendrás en un disco duro ni en un CD, los llevarás en la mente y en el corazón, y saldrán más nítidos incluso.


Un besazo enorme!

Cabeza Mechero dijo...

Pues a mi me has metido el miedo en el cuerpo, yo tampoco tengo copia de seguridad... y a diferencia de ti, acumulo, acumulo y acumulo, por suerte en casa de mi progenitora, pese a diversas amenazas, aun se conserva el el armario toda mi "mierda", como cariñosamente o no le llama mi señora mamá. ¿Tiraste el trébol? Es lo más curioso y lo que más me a llamado la atención.

Manuel Gómez dijo...

La mejor noticia y que más se ajusta a ti y los que andáis por aquí: http://www.20minutos.es/noticia/202084/0/valentin/amor/internet/

¿Has ligado a través de un blog?

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo.. a mi tambien se me murió el ordenador.. y perdi algo más que fotos.. pero todo está dentro de mi, y lo que no.. para que guardarlo? Gracias por "recordarmelo" ;-). Besos de enamorá hoy.. jajaja.

LaNegra dijo...

Mi precioso e infrautilizado iMac de color azul murió hace casi dos años...
Igual que tú, lo poco que tenía, estaba allí. Pensé que no podría vivir sin ello, y le di el disco duro a mi ex - experto informático - para que intentara recuperarlo.
Hace cosa de un mes tuve que actualizar el Cv, y - por primera vez en estos dos años - lo eché de menos.
Me he hecho un Cv nuevo y mejor, y el disco duro debe seguir en el salón de mi ex, con los recuedos dentro...
Allí están perfeeectos ;-)

Anónimo dijo...

De algunas cosas, hasta tengo dos copias de seguridad,
y si alguien se atreve a tocar mis recuerdos,
le muerdo un ojo.

Pero tienes razón, lo que no recuerdas, es mejor tirarlo.

Besos

PD: Ah! voy a aclarar una cosa, para lectores/as de comentarios ávidos de marujeo... LA SERVILLETA NO LA ESCRIBÍ YO!!!

Anónimo dijo...

Yo también soy de guardar recuerdos, pero en un cajoncito en mi memoria. Por cierto, al menos tu madre tuvo la decencia de avisarte... la mía hizo limpieza general sin hacerlo. Me dio pena perder mis escritos, no mis recuerdos, esos los llevo siempre conmigo.

Besos de una maia.

(Nota: creo que me he repetido)

Anónimo dijo...

Por eso hago pocas fotos de viajes. Por eso no suelo fotografiar esos momentos en compañía; los guardo dentro de mi, y los evoco cuando quiero, o cuando merecen la pena.

Aunque me gusta jugar mucho con la camara, no es para "retratar" el momento.

Un besote

siemprepierdo dijo...

Desde luego que si, los recuerdos se llevan dentro.
Yo tambien hace muy poquito y despues de 10 años recibi un ultimatun de mis padres sobre todas mis cosas, al final lo he tirado todo, no he dejado nada,, solo fotos.

Ligero de equipaje se viaja mejor

Miguel Angel dijo...

Para recuperar la información sólo tienes que conectar el disco duro a otro pc, y,si el disco tiene problemas, hay muchos programas que pueden recuperar esos ficheros.
un saludo
Miguel Angel
todoesunamismacosa@hotmail.com

Anónimo dijo...

Vaya, o sea que yo pierdo mi blog, con todas las entradas de seis meses, y a ti se te peta el ordenador. Pues mira, que yo siempre tengo a buen recaudo todo lo que me interesa del ordenador, y en cambio, en esta ocasión no contaba con este desastre.

Mierda.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que podríamos recordar todo (o casi todo); que en algún lugar están esos recuerdos, lo que pasa es que no sabemos cómo convocarlos. Por eso soy algo supersticioso con los "fetiches" materiales de mis recuerdos, como si ellos fueran capaces de encender la chispa que hace la conexión neuronal correcta. Y aunque aparentemente no lo hagan en un momento nada, no em atrevo a tirarlos no vaya a ser que en otro momento funcionen.

Ya sé, ya sé que son boberías carentes de sentido. Pero qué quieres. Uno se pone melancólico con los recuerdos, ellos son la materia de que estamos hechos. O a lo mejor no, pero reconozco que es un tema en el que me cuesta comportarme de forma radicalmente racional.

Api dijo...

Yo creo que es hasta sano que muchas cosas se nos olviden. Si no, nos explotaría la cabeza. Por lo menos ayer.

Por cierto, que ayer dijeron en la tele que cada kogorzilla de cuando éramos jóvenes tiene el mismo efecto en nuestra materia gris que un microinfarto cerebral. Y eso, quieras que no, tiene que borrar mucho recuerdo bueno... pero también mucho malo.

Anónimo dijo...

Lo mejor de tus posesiones y recuerdos lo llevas contigo.
Beso

DANI dijo...

Disculpeme usted, pero si espera palabras de consuelo, de mi no las va a tener.

Lo que vas a tener es una monumental bronca por no haber hecho esas copias!! pero "mujerdedios" a quien se le ocurre hombre, digo mujer ja ja ja.

Besos abroncados

Adúlter dijo...

Amén.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en cuanto a lo material.

Respecto a la información digital es diferente. El coste y espacio de mantener toda esa colección de cosas es ridícula. En pocos años podrás llevar todo en una tarjeta de 2x2cm. Creo que merece la pena aunque sólo sea por poder enseñar imágenes de una situación pasada a algún amigo/a cuando le estas contando una anecdota que si ha quedado para siempre en tu cabeza.

Anónimo dijo...

Dios mio... qué putada!!!

Eso que te ha pasado es mi mayor temor!!! Yo sin ninguna duda me hubiera echado a llorar.