La princesa y el principito

El sábado pasado tuve una boda.
Se casaba una amiga de toda la vida y, además de comer cantidades ingentes de marisco, beber litros de albariño y acabar con la barra libre, me di cuenta de una cosa muy curiosa...

TODAS LAS BODAS SON IGUALES

Lo único que puede hacer variar la historia, es el papel que cada uno desempeña en el bodorrio.

Yo suelo pertenecer al grupo de las "solteras de escote generoso" cuando empieza la boda...

Y al grupo de los que "sacan el máximo partido a la barra libre" al final de la misma.
Ese suele ser el rol que yo desempeño en este tipo de eventos.


Lo sé, lo sé, "así nunca vas a encontrar novio Reich"... pero es que yo, en una boda, no quiero encontrar novio.

Es uno de los pocos eventos en los que yo me relajo y no me fijo en ningún chico.

Todos vestidos igual, todos tan repeinados al principio y tan borrachos al final...

A mí no me gusta engañar a nadie y yo en las bodas, engaño.
Sí, porque yo normalmente no me maquillo, no me peino (tanto), no me visto de princesita y no uso taconazos interminables que me destrozan los pies.
Además, yo normalmente no voy a las iglesias a escuchar sermones, no mantengo arroz entre las manos media hora para acabar tirándoselo a mala leche a los contrayentes, ni poso para fotos, ni, por supuesto, como 5 platos, 2 postres y café.

El caso es que en esta boda sucedió algo fuera de lo normal.

Cuando ya íbamos por los postres me di cuenta de la presencia en el convite de un chicarrón rubio, de mirada penetrante.

Pregunté quien era y me contaron toda su historia.

LLeva poco más de un año en España, viene de un país lejano y aunque todavía no habla perfectamente se hace entender muy bien. No se le conoce novia y ha venido a la boda con sus padres.

Empecé con un descaro inusual en mí, diciéndole lo guapísimo que me parecía y lo elegantemente vestido que iba.
El chico pasó de mí como de la mierda. (increíble, no??)

Pero esta actitud, a mí, me motiva muchísimo y no desistí.

Cada cinco minutos me acercaba a él y le decía algo mientras él me miraba, se hacia el sueco y desaparecía por donde podía.

Yo me decía, Reich, esto no puede quedar así. Siempre se te han dado bien los chicos y éste, aunque venga de otro país, no se te puede resistir de esa manera.

A todo esto, había empezado ya la barra libre y yo ya había perdido la vergüenza completamente... tenía una misión, camelarme a ese chico y lo iba a conseguir como fuera.

Salimos a tomar la primera copa a la terraza y allí estaba él.

Aburrido, muy aburrido. No conocía a nadie y esa era mi mejor baza...

Me acerqué y comencé a hacerle cosquillitas, carantoñas y monerías varias.

¡¡ Lo conseguí !!
...en cuestión de 5 minutos lo tenía en el bote...

Me sonreía de una forma increíble y, de repente, ya no quería estar con nadie más que conmigo.

Me lo llevé a pista de baile y nos marcamos un baile tremendo a ritmo de...

"levántando las manoooooos"
"moviendo la cinturaaaa"
"un movimiento sexiiiiii"

En fin, que sí, que fuimos la sensación del momento.


El único defecto que encontré es que el chico era inagotable y después de hacerme jugar al corre corre que te pillo, al escondite, al vamos a destrozarle el peinado a Reich y al vamos a dejar a Reich sudorosa cual pollo asado, decidió darme un par de besos, un abrazo e irse a dormir en el carricoche en el que sus padres lo habían traído.

En fin, prometo madurar y en la próxima boda centrarme en los chicos mayores de edad y con aficiones más sugerentes...
Porque digo yo... que habrá mejores formas de acabar cansada, despeinada y sudorosa que pasarse la noche corriendo detrás de un niño de 3 añitos, no??